Y el Caos se esfumó... y la Luz abarcó el espacio. Esa Luz Celestial que viene de lo alto despuntó en el firmamento, y se metió en mi pecho, para inundar mi ser de la savia que da vida... que llena de amor a los corazones lánguidos, a las almas que en pena se consumen en pequeñeces. Y así estaba yo... consumida en la tristeza por algo que no es una desgracia... por algo que aún no sé si SERÁ... y si ES... que SEA... lo enfrentaré con valor, porque tengo conmigo el amor de Dios... ese amor sin fallas, ese amor de seres que son mi báculo... mi sombra y los latidos de mi corazón.
Y la lengua de fuego se consumió en la hoguera, vencida por el metal celestial que en raudo vuelo azóto el espacio y bañó aquel cuerpo de su luz, y de su amparo. Vencido estaba el mal... El bien, en medio de la incertidumbre vencía y ganaba un Alma.
En el principio era el Caos... que en un monólogo caótico vislumbró su furia... irradió su fuerza... acaparó el espacio e inundó mi alma vencida. Al final... ahora... es la fuerza divina la que anega mis entrañas y me incita al grito guerrero que sólo un ganador puede emitir...
Hoy me siento una Guerrera de la Luz... hoy el mal no me ha vencido... Sonrisa de infante inocente puebla mi rostro que antes en retrato arrugado se mostraba... inocencia baña mi pecho y me inunda de luz... de la Luz del Dios de los cielos y la tierra... del que Todo lo puede...
Amy/junio 12 de 2006
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