sábado, 14 de abril de 2007

CONTINUANDO CON UN MEME



Por sexta vez, vuelvo a leer “Cien Años de Soledad”… y en el embrujo de sus paginas, vuelvo a recrear mi vista ante su prosa repleta de magia y de realismo y a encontrar lo que antes mis ojos no leyeron, y son nuevos hechos que se ofrecen ante mi, como si por primera vez leyera sus páginas… en esto consiste la magia de Cien Años de Soledad. Esta fue la obra que escogí para complacer a mi hijita hermosa, y escribir mi Meme. La página 123 de la edición que leo, no es precisamente la que yo hubiera escogido para plasmar aquí, pero tengo que seguir las normas, y los invito a la lectura de ella.

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(página 123 de la edición conmemorativa)

“Las decisiones las tomaba un capitán del ejercito que todas las mañanas recaudaba una manlieva extraordinaria para la defensa del orden publico. Cuatro soldados al mando suyo arrebataron a su familia una mujer que había sido mordida por un perro rabioso y la mataron a culatazos en plena calle. >Un domingo, dos semanas después de la ocupación, Aureliano entró en la casa de Gerineldo Márquez y con su parsimonia habitual pidió un tazón de café sin azúcar. Cuando los dos quedaron solos en la cocina, Aureliano imprimió a su voz una autoridad que nunca se le había conocido: “Prepara los muchachos”, dijo, _”Nos vamos a la guerra”. Gerineldo Márquez no lo creyó.

-¿Con qué armas? - preguntó.
- Con las de ellos – contestó Aureliano.

El martes a medianoche, en una operación descabellada, veintiún hombres menores de treinta años al mando de Aureliano Buendía, armados con cuchillos de mesa y hierros afilados, tomaron por sorpresa la guarnición, ase apoderaron de armas y fusilaron en el patio al capitán y los cuatro soldados que habían asesinado a la mujer.

Esa misma noche, mientras se escuchaban las descargas del pelotón de fusilamiento, Arcadio fue nombrado jefe civil militar de la plaza. Los rebeldes casados apenas tuvieron tiempo de despedirse de sus esposas, a quienes abandonaron a sus propios recursos. Se fueron al amanecer, aclamados por la población liberada del terror, para unirse a las fuerzas del general revolucionario Victorio Medina, quien según las ultimas noticias andaba por el rumbo de Manaure. Antes de irse, Aureliano sacó a don Apolinar Moscote de un armario. “Usted se queda tranquilo, suegro”, le dijo. “El nuevo gobierno garantía, bajo palabra de honor, su seguridad personal y la de su familia”. Don Apolinar Moscote tuvo dificultades para identificar aquel conspirador de botas altas y fusil terciado a la espalda con quien había jugado dominó hasta las nueve de la noche.

- Esto es n disparate, Aurelito – exclamo.
- - Ningún disparate – dijo Aureliano -. Es la guerra. Y no me vuelva a decir Aurelito, que ya soy el coronel Aureliano Buendía.
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Cuarenta años cumplió esta obra este año, y 80, su autor y fue este un motivo para homenajear a nuestro novel en el marco del IV Congreso Internacional de la Lengua Española, al cual tuve la suerte de asistir, durante 4 días, en la hermosa e histórica ciudad de Cartagena, “el Corralito de Piedra”, “Patrimonio Histórico de la Humanidad”.

En Cien Años de Soledad, se conjuga lo mágico, lo milagroso y lo mítico-legendario. En ella existe una magia que envuelve al lector, ávido devorador de sus páginas, capaz de entender esa interpretación de una cultura, que puede ser la de cualquier latinoamericano, al identificar en Macondo su propio pueblo. Porque Macondo no es Aracataca, el pueblo natal de Gabo, no es sólo Colombia, sino el pueblo que vive en la mente de todo latinoamericano que quiere encontrar su identidad, que anhela ser libre, que ansía ser reconocido y valorado. Es Macondo la esperanza que pervive en ellos y asimismo no permite que ella muera… Es ese guerrero que escondido en nosotros, no consiente, que Colombia, u otro país de nuestra Latinoamérica, sea vilipendiado y maltratado.

Y es en Macondo, pueblo mítico donde habita la estirpe de los Buendía, amenazados por el sino del advenimiento de un nuevo “Cola de Cerdo”. Es allí donde nacen, donde vemos crecer a otros tantos José Arcadios y Arcadios y Aurelianos y Amarantas, en medio de una tenaz lucha por vencer el veneno del mal que los acecha, sin lograr conseguirlo, pues el Apocalipsis para los Buendía y para Macondo, era inminente (misma lucha de nosotros los latinoamericanos ante la violencia, ante ese monstruo que nos mira, ya no desde un rincón, sino de frente, en las esquinas de nuestras casas, de nuestras calles… que nos roba nuestro aire y transita nuestro espacio).

Es Macondo el pueblo donde todo es posible: donde las mariposas amarillas revolotean y presagian el sino de Mauricio Babilonia... donde vuelan alfombras y existen seres que ascienden en cuerpo y alma al cielo; donde los sacerdotes levitan después de tomar una taza de chocolate y los hombres soñadores, caprichosos, atraídos por la ilusión, así como tienen momentos de grandeza, igualmente se muestran débiles y descarriados. Es también ese espacio que entre la realidad y la magia, nos muestra en contraposición, a unas mujeres consistentes, decididas, que son ejemplo de estabilidad y orden en la Casa de los Buendía.

Y allí, en ese pueblo en el que se entrelaza lo imaginario y lo real, la tranquilidad siempre se verá amenazada por el mal que llega con la violencia, las injusticias y la explotación del pueblo. Por eso, Macondo vive en nosotros, porque en él se retrata la realidad de la historia de nuestra Colombia, que es a su vez la historia de los mismos males que afectan a Latinoamérica.

Gracias Ne, por invitarme a participar en el Meme.
Sería agradable leer sus comentarios.
Qusiera continuar con el ejercicio e invitar a las compañeras Opalo y Lety, para que escriban sus Memes, si así lo desean.
Amy/Abril 14 de 2007

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NOTA ACLARATORIA: Aquellos que hayan notado que todos los comentarios fueron borrados de mis posts, quisiera aclararles que fue el producto del cambio que hizo Blogger, lo que ocasionó tamaña pérdida tan valiosa. Se hizo todo lo posible por recuperarlos, pero todo fue en vano. Pero quiero que sepan, aquellos que me visitan, que sus comentarios son lo mas valioso que aqui puedo tener. Por favor, quisiera leerlos siempre.